martes, 26 de enero de 2016

OPERACIÓN DE EMERGENCIA



Hace un año los obispos venezolanos enfatizaron: “El mayor problema y la causa de esta crisis general, como hemos señalado en otras ocasiones, es la decisión del Gobierno Nacional y de los otros órganos del Poder Público de imponer un sistema político–económico de corte socialista marxista o comunista. Ese sistema es totalitario y centralista,  establece el control del Estado sobre todos los aspectos de la vida de los ciudadanos y de las instituciones públicas y privadas. Además, atenta contra la libertad y los derechos de las personas y asociaciones y ha conducido a la opresión y a la ruina a todos los países donde se ha aplicado” (Exhortación pastoral Renovación ética y espiritual frente a la crisis”, 12.1.2015).
El “mayor problema” y “la causa” de la crisis nacional (socio-económica, política y ético cultural) resulta ser, pues, lo que un año antes la Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana  había también puntualizado: “la pretensión del partido oficial y autoridades de la República de implantar el llamado Plan de la Patria, detrás del cual se esconde la promoción de un sistema de gobierno de corte totalitario” (Comunicado del 2. 4.2014).
Si antes del 6D se imponía un cambio substancial en la dirección del país, dicha jornada electoral lo hace hoy más obligante. Y  más urgente, porque las vacas flacas enflaquecen a ritmo acelerado y el clamor ciudadano sobre alimentos y medicinas, servicios especialmente de salud, escalada de precios, así como derrumbe del poder adquisitivo de sueldos y salarios, se torna trágico. Para no hablar de otros factores como el agigantarse de la mortandad nacional fruto de la violencia fratricida y la impunidad.
Se ha declarado un Estado de Emergencia para atender a lo económico. A Venezuela la trasladan al quirófano ¿A dónde  irán los médicos con la operación? ¿A las ramas o a las raíz de las dolencias? Si el “mayor problema”, la “causa fundamental” de la crisis es el  modelo político-ideológico, el Plan de la Patria-Socialismo Siglo XXI,  allí está el “detalle”, al que han de atender los cirujanos. Para los Obispos -según la citada Exhortación- la imposición del sistema socialista por parte del Gobierno es un “camino equivocado” para resolver la crisis. Es preciso tenerlo en cuenta,  si no se quiere llevar al enfermo del quirófano a la morgue (aunque el pueblo venezolano decidió el 6D no ingresar a la morgue).
¿Camino equivocado? Expropiaciones y más expropiaciones, destructoras de la producción; controles y más controles, propiciadores de corrupción; voraces  estatizaciones, sepultureras de empresas; centralización-concentración del poder, fuente de prevaricación y operadora de clientelismo. ¿Camino equivocado? El Estado convertido en productor-importador-distribuidor-fijador de precios-vendedor mayorista y minorista-publicista (además de educador y comunicador hegemónico).
La Historia contemporánea comprueba el fracaso de los socialismos llamados “reales”, de corte marxista-estalinista-castrista, los cuales no han sido otra cosa que estatismos feroces, de extrema centralización, completa hegemonía y alta militarización (Lamentablemente no han sido socialismos verdaderos, en la medida en que este término sugiere protagonismo genuino de las bases, descentralización participativa, solidaridad constructiva y libertad corresponsable).
La alternativa a un  socialismo “real” (SSXXI) no es necesariamente un capitalismo salvaje. Estos dos términos no constituyen un dilema. Hay otras vías, modelos societarios (siempre perfectibles) por estudiar, explorar y  construir, que conjuguen libre emprendimiento y solidaridad; sociedad, mercado, Estado; diversas formas de propiedad;  libertad y corresponsabilidad ciudadanas. Todo ello apuntando al bien común y a la centralidad de la persona en  el entramado social. La Historia se resiste a los encajonamientos dilemáticos.  

Es preciso imaginar crear soluciones efectivas. Nuevas. Identificando bien el problema.    

martes, 5 de enero de 2016

NUEVO HORIZONTE LEGISLATIVO

Amplia y exigente tarea le espera a la próxima Asamblea Nacional como efecto de la decisión popular del 6D.
Como contribución al trabajo parlamentario y sin mayores pretensiones de originalidad presento a continuación sugerencias, cuya concreción legal y contralora estimo muy importantes para la mejor marcha del país.
1.      Priorizar la atención a los sectores sociales más necesitados, estimulado su participación corresponsable y su contribución ciudadana, organizadas y efectivas, sin encadenamientos político-partidistas e indebidas sujeciones gubernamentales.

2.      Promover el emprendimiento privado con responsabilidad social en lo económico, particularmente en lo productivo. En esta perspectiva, favorecer el cooperativismo y variadas formas de propiedad y gestión, así como la autonomía del movimiento de los trabajadores.

3.      Consolidar una genuina libertad en el campo de la comunicación e información sin dependencia indebida del Estado y actuar los Medios de Comunicación Social oficiales como real servicio público de alta calidad, en apertura pluralista y manejados con efectiva participación de instituciones de la sociedad civil.


4.      Priorizar la educación  en marco democrático pluralista, con alta calidad pedagógica,  esmerada atención a los educadores y el personal de apoyo, así como instalaciones e instrumental adecuados. En este mismo sentido apoyar equitativamente, también en lo financiero, a la educación no oficial, entendida ésta también como educación nacional. Reintegrar, además, con miras a un humanismo integral, la formación ético-religiosa dentro del currículo escolar, aprovechando experiencias como la del Programa de Educación Religiosa Escolar (ERE), en  sintonía realista y factible con el pluralismo religioso existente  en el país.

5.      Aplicar el principio de subsidiaridad mediante  una racional, progresiva y eficaz descentralización, que incremente la corresponsabilidad y la participación ciudadanas en los varios niveles y ámbitos de la comunidad nacional.
6.      Priorizar la seguridad ciudadana, formando cuidadosa  e integralmente al personal encargado,  mejorando y articulando organismos y servicios, favoreciendo  el apoyo de la sociedad civil y despartidizando la actuación de los cuerpos armados.

7.      Asegurar la vigencia de los Derechos Humanos mediante un Poder Judicial realmente autónomo y un efectivo apoyo a las ONGs que colaboran en este campo.

8.      Propiciar una ecología integral, que fomente  la educación de todos en dicho ámbito, el delicado cuido del ambiente, un coherente urbanismo y políticas de largo aliento en este campo.

9.      Diseñar una nueva política petrolera y minera en perspectiva ecológica, que promueva la diversificación de la producción (“siembra del petróleo”), la participación en la economía y reformule el gigantismo estatal.

10.  Propiciar la configuración y ejercicio de un Estado más participativo, con el protagonismo, en los varios niveles y formas de gestión, de sectores, instituciones y organizaciones realmente representativas  de la vida nacional.

El anhelado cambio nacional, que se expresó en la jornada electoral del 6D, ha de ambicionar ir bien lejos, en correspondencia  a los grandes anhelos y necesidades  de los venezolanos y  lo que postula una genuina convivencia (comunión) humana,  en los órdenes del tener (justicia, solidaridad), del poder (participación, democracia) y del ser (calidad de vida ética, espiritual).


El 6D postula  un nuevo horizonte legislativo, que apunte hacia una auténtica renovación nacional. Ésta exige y promueve  unión de fuerzas, compartir fraterno, encuentro venezolano. Todo lo que se haga en esta dirección será poco, respecto de las dificultades por superar y el camino por recorrer. Mucho tiempo se ha perdido, lamentablemente, en dañinas confrontaciones, exclusiones y odios, como para no cejar en la indispensable y fundamental tarea de la unidad.