miércoles, 21 de mayo de 2014

MENSAJE ARMÓNICO

El Mensaje cristiano, en su sentido más amplio, contiene una parte doctrinal (relativa a la fe) y otra práctica (referida al quehacerdel creyente). Cuando rezamos el Credo enunciamos una serie de proposiciones doctrinales, a las cuales adherimos como cristianos y, más concretamente, como católicos. Al estudiar el Catecismo, enriquecemos esas proposiciones con otras, que las desarrollan, explican o aplican. La Teologíapermite ir más allá todavía en amplitud y profundidad.Esto en cuanto a lo doctrinal o teórico. Cuando recordamos el Decálogo explicitamos una serie de directrices fundamentales para nuestra vida moral, no pocas reveladas en el Monte Sinaí a Moisés y las cuales corresponden a imperativos naturales fundamentales. La Biblia trazaotras, como es el caso, por ejemplo, de las subrayadas en el Sermón de la Montaña. La Iglesia establece también para sus miembros preceptos específicos para la vida en la comunidad. Todo esto conforma el subconjunto de la praxiso lo normativo (moral, pastoral, espiritual). Tenemos, pues, dos subconjuntos. Ahora bien, una pregunta que necesariamente surge es la siguiente: ¿No se da un vínculo integrador en cada uno de los dos subconjuntos y, más aún, entre éstos, para formar un conjunto orgánico? ¿El cúmulo de proposiciones doctrinales y de directrices prácticas se queda en un simple agregado o se traduce en un en una globalidad articulada? ¿Se queda el Mensaje en una yuxtaposición de enseñanzas y preceptos o forma un conjunto armónico? La respuesta positiva la declaró en su tiempo la Conferencia General del Episcopado Latinoamericano (Puebla 1979) y la ratificó y precisó nuestro Episcopado con vista al Concilio Plenario de Venezuela (2000-2006). El Mensaje cristiano no se queda, en efecto, en una multitud de cosas, sino que resulta ser un conjunto estructurado, organizado en torno a una noción o categoría, que le sirve de núcleo o eje. Es lo que tanto Puebla como el Episcopado venezolano declararon como “línea teológico-pastoral” (para mí un buen sinónimo es “núcleo articulador teológico-pastoral”). Y definieron esa línea así: comunión. Un modo práctico de apreciar esta articulación es el siguiente: comuniónes la respuesta a la pregunta qué es o adónde apuntacuando formulamos, respectivamente, los contenidos doctrinales y las normas prácticas del Mensaje cristiano. Por ej. ¿Qué es Dios? Comunión (Trinidad) ¿Qué es la Iglesia? Signo e instrumento de comunión humano-divina e interhumana ¿Qué es el Cielo? La plenitud de la comunión. En el orden práctico -recordando que amor equivale a comunión y por eso decimos también con 1Jn 4, 8 que Dios es Amor- tenemos: ¿Qué busca actuar la vida moral? Comunión¿Qué debe construir la Iglesia en sí y en el mundo?Comunión¿Qué teje la espiritualidad? Comunión. Comunión es, pues, la noción clave que revela la unidad del Mensaje cristiano y lo manifiesta, por tanto, como un conjunto armónico.

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