jueves, 21 de diciembre de 2017

2018 CON LUCIDEZ, FIRMEZA Y ESPERANZA



Para el próximo año están previstas elecciones presidenciales ¿Qué pensar de ellas? Veamos a continuación A) algunas denuncias y B) propuestas concretas.
A) En sectores de la oposición, especialmente la partidista, percibo una mitificación del ´18, generadora de ligeras ilusiones fundadas en un escaso realismo ¿Por qué?
Hay factores negativos: Fuerza Armada bajo un Alto Mando obediente a la “Revolución” y no a la Constitución; Asamblea Nacional Constituyente (ANC) ilegítima por inconstitucional (al menos de ejercicio), espada de Damocles al acecho y autoerigida como poder plenipotenciario “soberano”; Consejo Nacional Electoral (CNE) sumiso al Ejecutivo;  Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) a la orden del Régimen. Y pare de contar. Por ello no hay que hacerse ilusiones con a) elecciones presidenciales limpias y b) respeto a un resultado adverso al oficialismo. Baste recordar las tramoyas comiciales de  2017.
La lógica del SSXXI es rigurosa e inclemente: la “Revolución” ha llegado con la proclama de quedarse. La Dictadura militar socialista-comunista no está para parlamentos, diálogos, ni retiradas. Sólo admite concesiones tácticas de espacios siempre bajo control. (Para ejemplo lo que se sabe de Santo Domingo). Concibe el poder que  tiene y fortalece como algo centralizado y absoluto
¿La oposición ha identificado bien y de modo coherente al Régimen y su lógica operativa? ¿No se ha quedado en calificar como  simples abusos y arbitrariedades lo que es cálculo frío en un proceso totalitario? El vivir de sorpresa en sorpresa es sintomático.
B) ¿Cómo afrontar el nuevo año con lucidez y firmeza? Para que haya unas elecciones confiables, acordes con  la Constitución y elementales derechos ciudadanos, se tendría que 1) desmontar la ANC, pues ella “podría”, por ejemplo, cambiar sustancialmente el modo y las condiciones de elección y de toma de posesión, 2) contar con un CNE independiente y un TSJ respetuoso de la independencia de poderes 3)  frenar sensiblemente el ventajismo oficial  en cuanto a hegemonía comunicacional y coacción en ámbito alimentario, de salud y empleo (Carnet de la Patria…), entre otros.
Ahora bien, como lo anterior es difícilmente lograble y, sobre todo, porque la acelerada destrucción del país es gravísima (hambre, muertes culpables, represión, improducción, inseguridad, emigración masiva) urge una consulta (referendo) al pueblo soberano sobre puntos cruciales que definan su destino, como los siguientes: ¿Quiere usted este sistema socialista-comunista para Venezuela? ¿Ordena formar un Gobierno de transición? ¿Decide convocar una Asamblea Constituyente?
Condiciones para esta consulta han de ser, entre otras, que la votación sea: a) libre y universal, b) organizada por un CNE independiente en tiempo oportuno, y  c) supervisada por organismos internacionales (ONU, OEA, UE…), que garanticen también el respeto a la decisión del soberano.
Se habla mucho de pueblo y popular, pues entonces ¡Que sea el pueblo venezolano, poder originario, constituyente, el que decida su propia suerte y no simplemente, y de modo arbitrario, un grupo de poder, un sector político o una parte de la población!
He oído decir a opositores: “pero si ya el pueblo decidió el 16 de julio”; y a oficialistas: “para eso se eligió la ANC”. Pues bien, el referendo del 16 no se formalizó debidamente ni se aseguró su ejecución; y la elección de la ANC no fue ni universal, ni limpia, ni transparente, ni tuvo reconocimiento internacional.
Me atrevo a decir que si la Iglesia propone y alienta una tal consulta, no sólo no se estaría saliendo de su misión sino ajustándose a ella, que la obliga en conciencia, especialmente en situaciones de grave crisis, a servir esforzadamente al  bien común. Y, en ausencia de otros,  a tomar iniciativas hacia el logro de una convivencia libre, justa, pacífica, fraterna, productiva.

Jesús el Señor ha venido a traer la paz a este mundo. Para que los seres humanos vivamos como una familia, en estrecha unión interna y con Dios, que es Trinidad, Amor. Este mismo Dios  nos pide abordar el nuevo año con lucidez, firmeza y esperanza. 

viernes, 8 de diciembre de 2017

DENUNCIA Y ANUNCIO



Es preciso denunciar, pero más importante, anunciar. Veámoslo en síntesis.
1.     Las denuncias abundan, por desgracia, en la Venezuela de hoy, 

-La causa principal del desastre nacional es el proyecto dictatorial totalitario, socialista comunista del Régimen. Lo han repetido los Obispos.
-El Socialismo SXXI, “real”, es  un capitalismo de Estado, hipercentralizador, con dos clases: Nomenklatur privilegiada, y  población dependiente.
-Interés  prioritario de esta Dictadura Militar Socialista es perpetuarse y afianzarse; la suerte (alimentación, salud, libertad) de la gente es secundaria.
-Mientras el pueblo es más dependiente, pobre, ignorante, pasivo, mendicante, temerosa, es mejor para el Régimen, pues lo domina más fácil.
-Masificación: Carnet de la Patria obligatorio (=666, marca de la Bestia apocalíptica), requerido para  recibir comida, medicinas, empleo, pensión….
-Venezuela despoblada: el Régimen busca que los no rojos dejen el país y queden sólo los partidarios, los silenciados y los impedidos de emigrar.
-Culto de la personalidad (tipo  Stalin): el gran Jefe decide todo, aparece en todo, habla por todos; es inapelable, infalible, intocable, todopoderoso.
-Pensamiento único: educación, MCS (hegemonía comunicacional),  entes culturales, deben moldear un único modo de pensar: Ideología del SSXXI.
-El sistema es  mezcla de militarismo, ideología marxista, narcorrupción,  neocolonialismo (de Cuba, China, Rusia...), santería, atavismo caudillesco.
-La ilegítima e inconstitucional ANC se erige como omnipotente, encarnación del soberano, poder absoluto. Puede” prolongar mandato del Pdte. etc.etc.
-Régimen con otra moral. Niega crisis humanitaria y derechos humanos; degrada el lenguaje (odio=amor) y pervierte el “diálogo” (=juego y mercado).
-Fuerza Armada es parte substancial  y sostén principal del Régimen, alineada por el Alto Mando con un proyecto político-ideológico inconstitucional.
                                                                                 
2.     El anuncio reúne  propuestas concretas hacia la solución de la crisis.

-El pueblo soberano es el poder originario, constituyente Pregúntesele a él -no a Gobierno, oposición o grupos- qué quiere como futuro del país.
-Pregúntesele: si quiere o no este Régimen socialista comunista; si ordena convocar una Constituyente y  la  formación de un Gobierno de Transición.
-La respuesta del soberano debe ser mediante voto universal,  libre (no bajo presión), secreto, con CNE imparcial y veeduría-garantía ONU, OEA, UE…
-Condición indispensable (sine qua non) para salir de la crisis es disolver la ANC y reconocer a la AN como expresión válida del soberano.
-Abrir con urgencia canales humanitarios con participación efectiva de la sociedad civil y como derecho humano fundamental.
-Liberación de todos los presos políticos como ineludible exigencia constitucional y  respeto a derechos humanos básicos.
-Hacer de los MCS del Estado un real servicio público, sin monopolio gubernamental, con participación de la comunidad política y la sociedad civil.
-Reformular la política petrolera en perspectiva de diversificación productiva y ahorro sensato,  con participación privada y esmerado cuido ecológico.
-Superar la mentalidad rentista petrominera de “país rico” mediante seria educación para el trabajo, la corresponsabilidad y la innovación.
-Pasar del actual centralismo político-administrativo a una  descentralización según los principios de solidaridad, participación y subsidiaridad.
-Priorizar la educación integral como recurso y factor primarios de progreso nacional, atendiendo debidamente a los distintos actores educativos.
-Promover una cultura de civilidad  frente  a la matriz histórica militarista, y de robustez institucional frente a las continuas rupturas y recomienzos. 
-Cultivar valores como honradez, verdad, servicio, calidad moral y espiritual frente a: “viveza criolla”, superficialidad  y débil aprecio del bien común.
-Privilegiar apoyo a la familia como célula fundamental social, santuario de la vida  y primera escuela en los aspectos básicos de la existencia.   

La historia es pasado que se recibe, pero, sobre todo, futuro que se construye.