martes, 22 de diciembre de 2015

¡ALTO AL FUEGO!



“La situación global del país sigue siendo grave porque, entre otras razones, unas son las necesidades y expectativas del pueblo y otras, muy diferentes, las opciones político-económicas del Gobierno”.

La Presidencia de la Conferencia Episcopal Venezolana (2015) acaba de hacer esta grave afirmación en  Comunicado del pasado 18 de diciembre. A pocos días del 6D denuncia, pues, el divorcio entre el sentir del pueblo y la disposición de un régimen, que se había ufanado de representarlo.

La misma Conferencia se refirió a este divorcio a comienzos de año cuando habló de la dramática situación del país: “El mayor problema y la causa de esta crisis  general, como hemos señalado en otras ocasiones, es la decisión del Gobierno Nacional y de los otros órganos del Poder Público de imponer un sistema político-económico de corte socialista marxista o comunista”. Los Obispos añadieron allí mismo lo siguiente: “Este sistema es totalitario y centralista, establece el control del Estado sobre todos los aspectos de la vida de los ciudadanos y de las instituciones públicas y privadas. Además, atenta contra la libertad y los derechos de las personas y asociaciones y ha conducido a la opresión y a la ruina a todos los países donde se ha aplicado”. (Exhortación Pastoral Renovación ética y espiritual frente a la crisis, 6, del 12 de Enero 2015).

Para ese tipo de sistemas el pueblo  es sabio cuando  apoya, e imbécil cuando disiente. Tiene Derechos Humanos cuando aplaude  y cae en la orfandad de ellos   cuando interpela. El pueblo no vale por sí mismo, sino por su alineamiento ideológico-partidista. Tiene una dignidad prestada.

El pueblo venezolano lanzó El 6D un grito de inconformidad y protesta al tiempo que de  querer y esperanza. No decidió en las urnas electorales  sobre una controversia filosófica o literaria, sino con respecto a una crisis de supervivencia propia frente a cosas bien terrenales y concretas como escasez de medicinas y comida, carestía y colas, inseguridad y opresión. Decidió igualmente frente a otras realidades  que también sufre como el control comunicacional, la instrumentalización educativa y la criminalización del “derecho al pataleo”.

Implícitamente el pueblo ha rechazado la causa principal de estos males como es el cacareado  Socialismo del Siglo XXI, en forma más contundente, por cierto, que en 2007, cuando se le propuso una reforma constitucional hacia un “Estado socialista”  (recordemos que lo negado entonces, el Régimen lo ha venido metiendo de contrabando entre gallos y medianoche).

¿Qué tiene  que hacer el Gobierno post 6D? Reconocer la nueva mayoría y buscar  con ésta mediante acuerdos positivos y efectivos la solución de los graves problemas que el pueblo está urgiendo. Así de simple. Porque hambre, enfermedad y muerte no tienen carnet partidista. Y la crisis se agrava sin pausa.

No es el momento para estar fraguando asambleas paralelas, pirateando tribunales supremos de justicia, ideando argucias para decapitar diputados electos mediante el “sistema electoral mejor del mundo” y saboteando el desempeño de un poder del Estado recién electo por un tsunami popular. Ha de señalar el rumbo la observancia de la Constitución, cuya defensa compete también y de modo especial a la Fuerza Armada.    

El Gobierno está expropiando esta Navidad 2015 como ambiente de encuentro, serenidad, amistad, fiesta, tradición y fe. La está invadiendo con sobresalto, proclamas incendiarias, escenarios apocalípticos y  leguleyismos violatorios  de la Constitución.

¡Alto al fuego! Es el clamor de la gente cansada de odio, confrontación, lenguaje bélico, puño alzado, amenaza de colectivos y milicias. Y deseosa de entrar en un año que sea realmente nuevo: de recuperación económica, pluralismo político y renovación ético-cultural.

Si el Régimen no está para el diálogo, al menos converse  con  “el otro” para construir acuerdos de emergencia. En las guerras los contrincantes silencian los cañones para, al menos, poder recoger heridos y contar muertos. ¡Alto al fuego!

miércoles, 9 de diciembre de 2015

ATENTOS AL SOBERANO


Para los creyentes el soberano con  mayúscula es Dios. Su señorío tiene una amplitud universal, cósmica.

Pero en el ámbito de la polis, a raíz de la revolución democrática, se suele y debe hablar  de un soberano, que es el pueblo, es decir, la gente, todos nosotros. Así el  artículo 5 de nuestra Carta Magna establece: “La soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, quien la ejerce directamente en la forma prevista en esta Constitución y en la ley, e indirectamente, mediante el sufragio, por los órganos que ejerce el Poder público”.

El pueblo en el ejercicio sabio, libre, solidario y pacífico de  su soberanía encuentra en el Soberano divino, iluminación, ayuda, estímulo y reclamo. Es el sentido del Salmo 127 (o 126), que me gusta rezar: “Si el Señor no construye la casa, en vano se afanan los constructores: si el Señor no guarda la ciudad, en vano vigila la guardia”.

Estas reflexiones me vienen a la mente y, sobre todo, al corazón, con ocasión de lo que acaba de suceder el 6D. El pueblo ha expresado de modo clamoroso su voluntad respecto de lo que quiere para el país: unión en la que  todos juntos –no a pesar de nuestras diferencias, sino precisamente por y con ellas-   construyamos a Venezuela como casa común, mediante la laboriosidad, el emprendimiento, el estudio; cultivando una fraterna convivencia; actuando en corresponsable protagonismo ciudadano y ejercicio cuidadoso de la autoridad pública; promoviendo un clima de  libertad y justicia, de solidaridad y paz. Y en todo esto, guardando una delicadeza especial hacia los más necesitados.

Una lección sumamente importante del 6D es la concerniente a la relación entre el poder y el pueblo, la cual no ha de ser de aprovechamiento y manipulación, sino de respeto y servicio. En las dos últimas décadas del pasado siglo se usó bastante el término “cogollos” para designar las cúpulas partidistas, que reducían la controversia política y electoral a un juego de maquinarias autosuficientes manejadas por un pequeño grupo de líderes. Al pueblo se lo entendía como masa votante pasiva y obediente. En 1998 los cogollos se mordieron la cola. Lamentablemente en el tiempo que vino después, el “cogollismo” se concentró con pretensiones omnipotentes en  una “vanguardia iluminada” político-ideológica, con al frente una especie de “mesías”; el pueblo venía después, como justificación de un proyecto y beneficiario de los regalos de la Nomenclatura; las organizaciones populares  se estructuraban como simples correas de transmisión del poder y, por tanto, sin centralidad y protagonismo efectivos.

Se ha dicho  que el pueblo nunca se equivoca. No comparto esta afirmación. Pero sí estoy convencido de que el pueblo es mucho más inteligente y sensible,  de lo que sus líderes o autoridades suelen pensar. De allí las sorpresas, que de tanto en  tanto,  brinda la gente común  a sus dirigentes. El “revolcón”  electoral del 6D es claro al respecto.

¿Lección? Cuidar la sintonía afectiva y efectiva de quienes ejercen el poder y ostentan liderazgos, con la ciudadanía. No abusar de la confianza de la gente. No entender la lealtad en sentido unidireccional e inmutable. No olvidar que el poder es para servir, no para servirse. El Evangelio relata que una vez el Señor Jesús, al  escuchar una  discusión entre sus discípulos acerca de quién entre ellos era el más importante, les recalcó: “El que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo” (Mt 20, 26-27).  

El soberano es el pueblo. El 6D el soberano venezolano emergió con fuerza peculiar, expresando su inconformidad ante maltratos y manipulaciones. Reclamó, con voz fuerte, corrección de rumbos en la conducción del Estado. Subrayó su protagonismo. Tarea de los gobernantes y de los dirigentes  políticos es cambiar sinceramente en la línea de esa interpelación, sin enredarse suicidamente en malabarismos hermenéuticos.

¡Atención al soberano, porque así como vota, bota!

 

      

 

                                                  

lunes, 7 de diciembre de 2015

MISERICORDIA ES COMUNIÓN


El Papa Francisco ha convocado un “Jubileo Extraordinario de la Misericordia como tiempo propicio para la Iglesia, a fin de que haga más fuerte y eficaz el testimonio de los creyentes”.   Escogió el 8 de diciembre 50º,  aniversario de la conclusión del Vaticano II, para la apertura de la Puerta Santa jubilar, con el fin de “mantener vivo este evento” (XXI Concilio Ecuménico), inicio para la Iglesia de “un nuevo período de su historia (…) Derrumbadas las murallas  que por mucho tiempo habían recluido  la Iglesia en una ciudadela privilegiada, había llegado el tiempo de anunciar el Evangelio de un modo nuevo” (MV 4).

Propósito del presente trabajo es favorecer la integración de este Año Santo dentro del tiempo postconciliar -del Vaticano II y del Plenario de Venezuela-, en lo tocante a doctrina y praxis. Ello favorecerá una “pastoral de conjunto”, no sólo superando lo que sería un agregado o sucesión de realizaciones, sino, sobre todo, propiciando una labor evangelizadora más coherente, integradora y prospectiva.

El trabajo se divide en dos partes. La primera recoge temas fundamentales, que la Bula Misericordiae Vultus expone y organiza en torno a la categoría misericordia. La segunda interpreta la temática de dicho documento en la línea teológico-pastoral de comunión, noción ésta que envuelve la de misericordia y es la clave de la Eclesiología del Vaticano II (cf. LG 1),  que ha eclosionado en Teología de Comunión en su sentido más amplio (inclusiva de lo moral, pastoral y espiritual). Esa Teología fue asumida y articulada por la Conferencia de Puebla con su línea teológico-pastoral, la cual el Concilio Plenario de Venezuela adoptó y definió técnicamente (CCCS 18).

I.                    TEMAS FUNDAMENTALES DE MISERICORDIAE VULTUS

 

1.      Dios Trinidad. “Misericordia: es la palabra que revela el misterio de la Santísima Trinidad” (MV 2).

 

2.      Reino de Dios. “(…) la misericordia como signo del Reino de Dios que está ya presente en medio de nosotros” (MV 5). Misericordia “es la palabra clave para indicar el actuar de Dios hacia nosotros” (MV 9). “Dios va más allá dela justicia con la misericordia y el perdón” (MV 21).

 

3.      Jesucristo.  “Jesucristo es el rostro de la misericordia del Padre “ (MV 1). “Jesús de Nazaret con su palabra, con sus gestos y toda su persona revela la misericordia de Dios” (MV 2). “La misericordia )…)  dimensión fundamental de la misión de Jesús” (MV 20). En sus parábolas sobre la misericordia “encontramos el núcleo del Evangelio y de nuestra fe” (MV 9).

 

4.      Iglesia.  “La Iglesia sentía (en el Vaticano II) la responsabildad de ser en el mundo signo vivo del amor del Padre” (MV 4) “La Iglesia tiene la misión de anunciar la misericordia de Dios (…) en la nueva evangelización, el tema de a misericordia exige ser propuesto una vez mas con nuevo entusiasmo y con una renovada acción pastoral. Es determinante para la Iglesia y para la credibilidad de su anuncio que ella viva y testimonie en primera persona la misericordia” (MV 12).

 

5.      Liturgia. (…) el sacramento de la reconciliación (…) nos permite experimentar en carnepropia la grandeza de la misericordia” (MV 16). Vivamos intensamente el Jubileo pidiendo al Padre el perdón de los pecados y la dispensación de su indulgencia misericordiosa” (MV 22).

 

6.      Conversión. (…) la llamada a experimentar la misericordia no deje a ninguno indiferente (…) Pienso en modo particular hombres y mujeres que pertenecen a algún grupo criminal (…) La misma llamada llegue también a todas las personas promotoras o cómplices de corrupción (…) ¡Este es el tiempo oportuno para cambiar de vida!.

 

7.      Mandamiento máximo. (…)  justicia y misericordia. No son dos momentos contrastantes entre sí, sino dos dimensiones de una única realidad que se desarrolla progresivamente hasta alcanzar su ápice en la plenitud del amor (…) es muy significativa la referencia que Jesús hace al profeta Oseas –yo quiero amor, no sacrificio (6,6).  Jesús afirma que de ahora en adelante la regla de vida de sus discípulos deberá ser la que da el primado a la misericordia ” (MV 20).  “ Es mi deseo vivo que el pueblo cristiano reflexione durante el Jubileo sobre las obras de misericordia corporales y espirituales (…) los pobres son los privilegiados de la misericordia divina )…) (cfr Mt 25-31-45) (…) No olvidemos las palabras de san  Juan de la Cruz: En el ocaso de nuestras vidas,  seremos juzgados en el amor” (MV15).

 

8.      Diálogo. “La misericordia (…) nos relaciona con el judaísmo y el islam, que la consideran uno de los atributos más calificativos de Dios (…) Este Año Jubilar vivido en la misericordia pueda favorecer el encuentro con estas religiones y con las otras nobles tradiciones religiosas” (MV 23).

 

9.      María. “Madre de la Misericordia” (MV 24).

A modo de conclusión

“La Iglesia sabe que la primera tarea, sobre todo en un momento como el nuestro (…) es la de introducir a todos en el misterio de la misericordia de Dios, contemplando el rostro de Cristo. La Iglesia está llamada a ser el primer testigo veraz de la misericordia, profesándola y viviéndola como el centro de la Revelación de Jesucristo. Desde el corazón de la Trinidad (…) brota y corre sin parar el gran río de la misericordia” (MV 25).

 

II.                  MISERICORDIA, AMOR DE PECULIAR ACENTO  QUE TEJE LA COMUNIÓN

 

Amor (agápe) y comunión (koinonía)son términos equivalentes - así se afirma que Dios Unitrino es Amor y Comunión, si bien  puede decirse que  amor subraya lo operativo y comunión destaca lo entitativo. El amor teje la comunión.

 

La misericordia es amor.  Pero un amor caracterizado por un acento o tinte de particular delicadeza y ternura hacia el otro , necesitado de peculiar asistencia , compasión y perdón.  La Bula MV exhibe un mosaico de textos vetero y neotestamentarios, que muestran a Dios rico en misericordia y a Jesús, revelador y agente por excelencia de esa misericordia divina. (Dios, amor en sí –Trinidad inmanente-, con-desciende como  amor misericordioso -Trinidad económica-en su manifestarse a la humanidad concreta, que es, no sólo limitada y frágil, sino también pecadora).

 

Ahora bien, la Bula  plantea un desarrollo teológico-pastoral en torno a  la noción de misericordia,  que no puede considerarse, sin embargo, como  paralelo o substitutivo de otro, articulado por la categoría de comunión –ausente ésta, prácticamente, en el documento-. En efecto, la misericordia,  constituye  un acento o tinte del  amor-comunión, el cual adquiere especial resonancia en el escenario actual, particularmente dramático,del mundo y de la Iglesia. Es el acento  o tinte del gran proyecto  liberador-unificante del Reino o Reinado de Dios y, en este marco, de la sacramentalidad de Cristo y su Iglesia respecto de dicho plan salvador. La misericordia da una tonalidad peculiar a la misión evangelizadora del Pueblo de Dios y al  mandamiento máximo del Señor en relación al prójimo, especialmente el más necesitado.

 

El Jubileo de la Misericordia se ha de desarrollar, por consiguiente, no como “un Año más”, agregado o yuxtapuesto,  en la secuencia pastoral de la Iglesia; ha de acentuar, sí, en la práctica orgánica y planificada de la nueva evangelización, la  conversión a La Trinidad Misericordiosa y el testimonio de compasión, reconciliación, perdón por parte de cada miembro de la Iglesia y del Pueblo de Dios en su conjunto, al interior de la comunidad eclesial y desde ésta hacia el ancho y vasto mundo en solidaridad y diálogo.  El Jubileo ha de alentar y fortalecer  la pastoral de comunión y solidaridad en los diversos niveles o instancias eclesiales, subrayando una más lúcida y efectiva  atención a las “obras de misericordia” materiales y espirituales  en sus diferentes aspectos o niveles, asistencial, promocional y de cambio estructural.

 

Con respecto a la Liturgia –la dimensión evangelizadora de mayor densidad- la Bula ofrece orientaciones sobre el sacramento de la Reconciliación y la Indulgencia; la Eucaristía, considerada aquí más de bien de paso,  requiere un desarrollo correspondiente a su carácter de culmen y fuente de la vida y misión de la Iglesia peregrinante y, por ende, de su sacramentalidad misericordiosa en Cristo (cf  encíclicas del Papa Francisco PF 44 y LS 236). En la liturgia y la piedad popular  a María, Madre de Jesús y Madre de la Iglesia, se la venera , con razón, como Madre de la Misericordia.

 

En Venezuela serán de gran servicio en este Año las orientaciones del Concilio Plenario y, en la línea de éste, las  de la reciente Asamblea Nacional de Pastoral, cuyas Conclusiones en materia de Compromiso Social pueden encontrarse en Anexo. 

 

Caracas, noviembre de 2015.

 

 

ANEXO

ASAMBLEA NACIONAL DE PASTORAL

COMPROMISO SOCIAL

  1. Las diversas  Instancias eclesiales  de formación Incorporen en sus procesos, el análisis de la realidad social, el diseño de estrategias y el estudio de la Doctrina Social de la Iglesia, para una mejor incidencia en la transformación de la realidad.
  2. La Comisión de Laicos y Ministerios y la Pastoral Social, promoverán  iniciativas de formación permanente para animar liderazgos políticos y sociales en clave cristiana.
  3. La Instancias eclesiales sociales impulsarán en los miembros del pueblo de Dios más vulnerables, la capacitación laboral y el emprendimiento a través de las instituciones eclesiales existentes para este fin.
  4. Las Diócesis fortalecerán  las capacidades humanas, técnicas y socio pastorales de los servidores de la caridad.
  5. Las Diócesis y las parroquias, con la ayuda de Caritas de Venezuela, promoverá y fortalecerá la acción socio-pastoral de la comunidad eclesial, a través de la conformación de las Cáritas Diocesanas y Parroquiales.
  6. Las Diócesis, a través de su Pastoral social, fortalecerá y facilitará la participación ciudadana en el ámbito del voluntariado social de la Iglesia, en alianza con otras iniciativas, ONG, presentes en la sociedad, con programas de acompañamiento y formación.
  7. Las Diócesis con sus instancias de servicio social, promoverá la pastoral social especializada (Salud, Cárceles, Indígenas, migrantes, afrodescendientes, medio ambiente), que privilegie la atención a los más pobres desde la propia realidad diocesana o parroquial.
  8. La CEV y las Diócesis en su servicio de comunión, promoverán espacios de encuentro y dialogo con diversos sectores sociales (Educativo, Laboral, Salud, Frontera, Ambiente, Indígena, MCS, Empresarios, Gobiernos y otros) iluminados por la palabra y el Magisterio de la Iglesia.
  9. Las Diócesis con un sentido pastoral, promuevan la celebración  de acontecimientos significativos que marcan la vida del pueblo (Día de duelo nacional por las víctimas de la violencia, Eucaristía por la vida)

martes, 1 de diciembre de 2015

AMANECER


IIN15

Ovidio Pérez Morales

En la noche del 6D festejaremos el amanecer de un nuevo país. El que construiremos juntos en esta casa común, regalo de Dios, que es nuestra patria.

¿Cómo ha de ser ese nuevo país? Los obispos venezolanos en su exhortación pastoral de julio pasado expusieron nueve notas, que lo han de caracterizar y las cuales conforman un anhelo- imperativo para quienes hemos nacido aquí o se han sembrado en esta tierra.  En vísperas de la jornada electoral, que está a las puertas, estimo obligante y sumamente grato recordar esas notas con miras a alentar la unión de todos para el cambio de rumbo nacional.

Lo que queremos-debemos construir es un país:

- que ame la paz, donde haya seguridad para trabajar, producir y compartir, donde se destierre la prédica estéril y dañina de catalogarnos por las diferencias, por el odio de clases, por la exaltación del enfrentamiento, idealizando el nacionalismo vacío, la violencia o la guerra, en el que la fuerza puede más que la razón.

- que promueva la unión de las familias divididas, enfrentadas, dolidas por la ausencia de los seres queridos que han tenido que emigrar, o que han sido víctimas de la violencia y ya no están entre nosotros. Es posible el abrazo que sana heridas, devuelve la sonrisa y tiende la mano generosa.

- en el que la sociedad considere y respete a los maestros y profesores, desde el preescolar hasta la universidad. Que haya la convicción de que la clave está en el desarrollo del talento de su población y para lograrlo hay que contar con la familia y con escuelas de calidad que premien la superación y no la mediocridad. Toda la sociedad debe crear esa conciencia pues es la mejor inversión para formar hombres y mujeres capaces de ser competentes en cualquier campo.

- que entienda la política como el arte de armonizar lo diferente para buscar caminos de consenso y el bienestar común de todos los venezolanos. No empecinarse en erigir la polarización, las diferencias, la negación a reconocer al otro y dialogar con el arma del poder.

- donde se respete y cultive la autonomía e independencia de los poderes públicos para que el poder ejecutivo no los concentre y domine. La experiencia también enseña que los regímenes, de corte populista y excluyente, favorecen el abuso del poder y la corrupción.

- que promueva la actividad económica abierta, en el que la iniciativa privada con responsabilidad social, sea motora de desarrollo y progreso, lejos del estatismo que ha fracasado en el mundo entero, antes y ahora.

- que destierre de raíz la cultura de la muerte, la épica del armamentismo y militarismo, la imposición de una única forma de ver el mundo. No hay nada más absurdo y sin sentido que buscar la solución de los conflictos con la violencia. Son muchos los héroes civiles, algunos de ellos anónimos, mujeres y hombres trabajadores, inventores, promotores de todo lo bueno que deben ser iconos referenciales para la promoción de una cultura de la vida y de la solidaridad.

- que asuma la naturaleza que Dios nos ha regalado, la cuide y la proteja. Que cultive la tierra y la haga producir, asegurando alimentos para toda la población. Que cuide los recursos naturales, el agua, los bosques, la vegetación, asegurando la belleza de la casa que Dios nos regaló para vivir en ella. Que los recursos no renovables como el petróleo, se siembren para mejorar la calidad de la educación, la salud, la vialidad, y no sean usados para ganancias políticas que no benefician en nada a la población.

- que se enorgullezca de ir con la verdad por delante, porque es el único camino que genera confianza y credibilidad, pues sólo “la verdad nos hace libres” (Jn 8,32). El uso de la mentira, de las medias verdades, de la manipulación, degrada al ser humano y lo convierte en promotor de inequidad e injusticia, y no ayudan a la credibilidad y confianza que todos hemos de tener en quienes deben representar y defender a todos los ciudadanos sin distinción.

El 6D votaremos por caída de muros y apertura de puertas hacia la construcción de un nuevo país. Amanecer venezolano.