jueves, 28 de septiembre de 2017

DERECHO HUMANO COMUNICACIONAL



Violación permanente y sistemática  de los derechos humanos es una característica del actual Régimen. La ejerce de manera muy  patente y universal con el derecho a la comunicación.
Ya  de entrada precisemos que  hablar de libertad en el campo comunicacional, va más allá delo que se  entiende por libertad de expresión, de información, de medios y otros semejantes, por cuanto comunicación, en cuanto concepto bipolar, comprende enviar y recibir. Arropa a emisores y receptores e integra la creciente diversificación de instrumentos y modos de interrelación,  que la creatividad humana logra progresivamente.

Ante el cierre de una planta televisora, de una emisora de radio o de un periódico, lo que ordinariamente salta primero a la vista y desencadena reacciones es el derecho de propietarios y comunicadores. No tanto  lo que resulta  más grave, a saber, el derecho de  la comunidad a ser informada y a disponer de medios para comunicarse. No es, por tanto, un problema de “otro”, sino de uno mismo. Y lo que se dice de  información se aplica igualmente a  formación y  entretenimiento.

Este Régimen ha sido prolífico y efectivo en cierre de medios, asumiendo esa tarea como política de estado; también en saturación del espacio  comunicacional con la abusiva utilización y multiplicación de medios oficiales, los cuales, siendo  del Estado –los ciudadanos los pagamos-,  Gobierno, Partido  se los apropian descaradamente. En actuación de la misma política se crean organismos represivos como CONATEL, se aprueban normas con miras a criminalizar toda disidencia y discrecionalmente se toman medidas contra todo aquel que se atreva a discrepar del “pensamiento único” oficial. Y la autocensura es tan eficaz o más que la censura.

Las dictaduras suelen hacer esto, pero los totalitarismos –el SSXXI se inscribe en esta línea-van, más allá, ya que buscan no sólo el control político, sino el económico y el cultural, es decir, la totalidad de la persona y de la comunidad ¿Objetivo? La  completa hegemonía comunicacional en función del proyecto político-ideológico del Régimen. Para los totalitarismos ciencia y tecnología  son manejados  cuidadosamente para “lavar (expropiar) cerebros”, masificar gente y militarizar espíritus. En Venezuela una forma preferida de adoctrinamiento son las cadenas presidenciales en donde el Hermano Mayor descarga toda su omnisciencia y omnipotencia con su “Verdad oficial”.

Recojo de nuevo la insistencia de  Antonio Pasquali en  que “el derecho a la comunicación pertenece al grupo de derechos humanos primigenios y orgánicos, como aquél sin cuyo pleno disfrute se vería  el ente racional impedido de acceder a la socialidad en tanto que animal político, de seleccionar el modo de estar-con-el-otro que más le plazca y de garantizarse el mayor grado posible de reciprocidad”(18 ensayos sobre comunicaciones, p.45).

Existir es comunicarse. El derecho a la comunicación está íntima e inmediatamente vinculado al derecho a la vida. Tiene, por tanto, un carácter primario, generador.  Integra muchos otros  como el de expresión, señalándoles su fundamento, sentido y horizonte. El derecho a la comunicación es englobante; se abre en círculos cada vez más amplios ¿Qué es la democracia sino una convivencia de libre intercomunicación ciudadana, la educación un compartir de verdades y valores y la cultura una dinámica y plural red de  diálogo social? Descartes (siglo XVII) dijo “pienso, luego existo”; hoy podríamos  traducirlo así: “me comunico, luego existo”. Al fin y al cabo el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios, que no es soledad sino Trinidad, compartir, amor

Objetivo monstruoso de dictaduras y totalitarismos es el obstruir, monopolizar la comunicación humana. Tarea obligante de los constructores de una nueva sociedad es la de promover y asegurar una con-vivencia libre, plural. Ddialogal. Sin hegemonías  y fundamentalismos.

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