viernes, 10 de noviembre de 2017

AURORA DEMOCRÁTICA

Aurora es prenuncio. Sombra que da paso a la luz. Motivo de esperanza para  el vigía y de júbilo para el caminante. Abre horizontes e invita a la acción.

1. Hablar de sombras en Venezuela no requiere esfuerzo. Son el sufrimiento cotidiano generalizado: hambre y desnutrición masivas; asesinatos, presos políticos, víctimas de la violencia; tribulaciones de quienes buscan desesperadamente remedios y centros de adecuada atención sanitaria; millones de venezolanos botados de su país por quienes lo han convertido en casa inhabitable; ciudadanos incomunicados por una descarada  hegemonía comunicacional; disidentes cruelmente reprimidos;  indígenas  maltratados y excluidos en sus propias tierras por mafias depredadoras y un  voraz Arco Minero; inflación que evapora ingresos en iguala en  empobrecimiento;  jóvenes que ven tronchado su futuro;  productores frustrados y  quebrados por un centralismo estatizante históricamente fracasado; país agobiado por narcorrupción. Raíz y  causa fundamental de estos y otros males es el proyecto político-ideológico  social-comunista, calificado desde  hace años por la Conferencia Episcopal Venezolana como  ilegítimo e inconstitucional.

2 La luz es retomar y agilizar la reconstrucción del país en el sentido simple pero exigente de nuestra Carta Magna. Ésta, no obstante limitaciones y fallas, constituye un marco apto para el funcionamiento del país en preeminencia de los derechos humanos y democracia, “promoción de la prosperidad y bienestar del pueblo” y estado de derecho, entre otros. Se reclama, y con razón, a los políticos y los partidos de oposición que formulen programas de acción. Creo, sin embargo, que el divulgar concisamente los puntos clave del Preámbulo y los Principios Fundamentales de nuestra Constitución ofrecería una caracterización suficiente de la Venezuela deseable-obligante (¡Nuestra historia es abundosa en constituciones, proclamas y programas, pero también en incoherencia fáctica!). 

3 La aurora se insinúa como signo persistente y exige que sepamos interpretarlo. La gran mayoría de los venezolanos quiere un cambio hacia la Venezuela deseable. Lo demostraron el 6D, el 16J, las víctimas de la represión policial, militar y paramilitar este mismo año en calles y avenidas del país, así como los exiliados y presos políticos víctimas de la tiranía. Los errores, incoherencias y corruptelas en la oposición, al igual que el comprensible aunque injustificado derrotismo de muchos de la sociedad civil no han apagado el mayoritario fervor de compatriotas que anhela un cambio y lo apoya, ya de modo abierto, ya desde un silencio forzado por las amenazas y  chantaje de la política dictatorial  totalitaria del Régimen (el incremento de la represión va parejo a la debilidad creciente del mismo). Justifica también una visión esperanzada la  manifiesta solidaridad de la comunidad internacional. La fe activa de cristianos y creyentes, así como la convicción humanista de no creyentes, es promesa y primicia de luz. 

4 Cómo apresurar la luz. La actual escalada represiva oficial y su agilización de elecciones tramposas urge forzar una consulta sobre qué hacer con el país a quien es la fuente del poder, con carácter originario, constituyente y al cual se refiere el Art. 5  de nuestra Constitución. Es el poder ciudadano completo e inapelable (no absoluto, ciertamente, porque absoluto es sólo Dios), que está por encima de Gobierno y oposición, de grupos y organizaciones sectoriales. Apelación urgente –pues el hambre y la muerte no esperan- al soberano para que decida mediante voto universal, libre, transparente, respaldado interna e internacionalmente (ONU, OEA…) en cuanto a ejercicio y aceptación. Proceso organizado por un Consejo Nacional Electoral realmente plural e independiente. Esa elección puede encaminarse a una genuina Asamblea Constituyente o a un Gobierno de Transición seguido de elecciones generales. La Fuerza Armada no tiene otro deber y futuro que ceñirse a la Constitución y, más allá, a la voluntad de su  soberano.  

Ante el tsunami de hambre y devastación no cabe seguir con  maniobras distractoras, elecciones fraudulentas y paños calientes ¡Que el soberano decida su camino a seguir! La aurora dará paso a la claridad del día.

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