martes, 4 de abril de 2017

LAICOS Y OBISPOS POR UN CAMBIO



    Se acaba de celebrar el  VII Congreso Nacional de Laicos de Venezuela, con la participación de los consejos diocesanos, arquidiocesanos y nacional así como de diversos movimientos y asociaciones que reúnen a los laicos del país. Igualmente hubo una significativa representación de seglares que no están integrados en esos organismos, pero actúan como luz y fermento del Evangelio en los diversos ámbitos de la sociedad venezolana.

    Al final del Congreso se produjo un Mensaje sobre la situación del país, la cual, como era obligante, fue referencia obligada de oración, reflexiones y determinaciones.
Inmediatamente antes de dicho encuentro el Episcopado Venezolano había producido una declaración relativa al agravamiento de la situación nacional, al que se sumaban  las recientes sentencias -155 y 156- del Tribunal Supremo de Justicia, que han conmocionado al país. El Mensaje de los laicos retoma  lo denunciado por los obispos, pero reprocha algo más, que se refiere al sainete montado por el Régimen tratando de enmendar la plana a  la barrabasada del Tribunal. El reproche tiene que ver, no ya con los aspectos constitucionales y políticos de las sentencias,  sino con reglas elementales de la urbanidad y de la ética: “la subsiguiente actitud de burla y desprecio al pueblo soberano por parte del Ejecutivo y su régimen. Todo lo cual pone una vez más de manifiesto la centralización totalitaria  del poder, que diluye y destruye la autonomía e independencia de los poderes y la vigencia del Estado de Derecho”. 

   El Congreso de Laicos afirma que todos estos acontecimientos acentúan  “lo oportuno e imperativo” del llamado que hiciera la Asamblea Conjunta de Obispos y laicos el pasado mes de enero: “Por eso es urgente un cambio político profundo, que haga posible una convivencia ciudadana solidaria donde todos los venezolanos podamos convivir en una democracia basada en la verdad y la libertad, en la justicia y la paz, en la reconciliación y la fraternidad”.

    Los laicos conforman la gran mayoría, para no decir la casi totalidad de  la Iglesia. De allí lo importantísimo de su protagonismo en la comunidad eclesial y, de modo particular, en lo que le es más propio, su presencia activa y evangelizadora en los distintos ámbitos sociales, comenzando por la familia. El Mensaje del Congreso concluye con algo que merece poner de relieve: “Nos comprometemos y animamos al pueblo fiel de Dios y a todos los venezolanos a trabajar urgente y decididamente a unir fuerzas a fin de lograr un cambio político que abra las puertas a una convivencia nacional pluralista, fraterna, de trabajo y progreso, en democracia y en el marco de la Constitución, por el bien común de Venezuela. Igualmente  a  expresar de modo efectivo nuestra solidaridad con nuestros hermanos que sufren por el hambre, la enfermedad y la violación de sus derechos humanos”.


   Los laicos de Venezuela junto con los pastores de la Iglesia están haciendo patente pues, su claro compromiso por un cambio positivo nacional hacia una convivencia libre, pacífica, democrática, solidaria.  

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