¿Qué sucedió en Pentecostés, inmediatamente después de la
primera predicación de Pedro? Hubo quienes se convirtieron y formaron
inmediatamente una comunidad.
En esa primera comunidad de Jerusalén pasaron cosas, que
desde ese momento debían acontecer en las comunidades cristianas de todos los
siglos hasta el regreso glorioso del Señor ¿Cuáles?
En el Libro de los Hechos de los Apósteles (2, 42-47 y 4,
32-35) se narra lo que hicieron los cristianos de la primera hora. Se congregaron
para compartir su fe; formarse en la enseñanza de los apóstoles y su testimonio
de la resurrección del Señor Jesús; orar; celebrar la “fracción del pan”; comunicarse
sus bienes solidarizándose con los
necesitados. En alabanza a Dios y con alegre fraternidad.
Al convertirse, no se fue cada uno por su lado para vivir la
fe aisladamente, sino que formaron comunidad. Y entendieron que el amor era cosa
sólo de sentimiento, sino también de ayuda material.
En esos textos del Nuevo Testamento percibimos cómo la
evangelización (misión de la Iglesia) se despliega en objetivos, los cuales
pueden ser llamados “dimensiones”, mostrando así que no son tareas aisladas
sino en mutua interconexión (la “fracción del pan” no puede separarse del
compartir los bienes y la formación en la fe ha de llevar a integrarse en una
comunidad y vivir en comunión).
El Papa Francisco pone de relieve todo esto en su Exhortación
Evangelii Gaudium, la cual dedica su
capítulo IV a “La dimensión social de la evangelización”. Allí muestra bien
claro cómo proclamación del Evangelio (kerygma),
fe, liturgia, oración, religión, organización y acción de la Iglesia, vida cristiana, reclaman su
expresión en materia de justicia, solidaridad, caridad (amor). Es decir:
compromiso social. La Primera Carta de Juan es bien clara: “pues quien no ama a
su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve” (1 Jn 4, 20).
La Doctrina Social de
la Iglesia se ha elaborado y desarrolla con esta motivación: mostrar la
dimensión de la fe y ayudar a vivirla de modo efectivo. Por eso dicha Doctrina debe procurarse a todo el
Pueblo de Dios. Chiquitos y grandes, hombres y mujeres, letrados y no letrados;
de cualquier condición social y función eclesial.
Hay muchas publicaciones y cursos al respecto. Personalmente
he tratado de aportar algo. Lo último y muy sencillo es lo que se podrá
encontrar en mi blog perezdoc1810.blogspot.com, a saber, un Curso Introductorio de Doctrina Social de la
Iglesia. Lo ofrezco como un servicio modesto, utilizable en muchos modos y
formas. Busca principalmente promover el conocimiento, profundización y, sobre
todo, la puesta en práctica de los elementos fundamentales de la referida Doctrina Social.
Lo clave es convencerse de que no hay fe genuina, vida
cristiana auténtica, acción eclesial integral, si no llevan consigo el
compromiso social, o sea, la expresión concreta del amor en la convivencia.
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