sábado, 25 de febrero de 2017

LA VERDAD NOS HARÁ LIBRES



       En cierta ocasión dijo Jesús a los judíos que habían creído en él: “Si se mantienen en mi Palabra, serán verdaderamente mis discípulos, y conocerán la verdad y la verdad los hará libres” (Jn 8, 31-32). Me es grato recordar el haber encontrado escrita esta frase “La verdad los hará libres” en la fachada de la Universidad de Friburgo (Alemania). Frase utilizada frecuentemente para indicar la base y condición de un efectivo ejercicio de la libertad, de una real liberación.

    De regímenes como el que estamos sufriendo los venezolanos, característica resaltante es la mentira. De allí el uso de un persistente neolenguaje que  distorsiona la realidad y concreta la hegemonía comunicacional para crear “islas de fantasía” en situaciones de desastre, así como aplastar todo disenso de la “verdad” oficial.

   “No mentir” es el octavo mandamiento del Decálogo, regalo divino entregado a Moisés, como declaración moral fundamental.
Mentir es decir algo falso con la intención de engañar. Es incoherencia entre lo que se dice y lo que se piensa. En este sentido  se diferencia del simple error, que es incoherencia entre lo que se tiene en la mente (juicio) y lo que se da en la realidad. Así alguien puede ser veraz, sincero, a pesar de que esté comunicando algo erróneo. La frase arriba referida entiende verdad en ambos sentidos, y aún en otro, muy importante (entitativo), la autenticidad de una cosa, como cuando decimos que “esto es oro de verdad”.

   Como expresiones de la mentira pueden catalogarse: calumnias,  falsas imputaciones,  irrespeto a la buena fama de las personas, juicios temerarios y todas aquellas formas de falsificación, de ocultamiento de la verdad. Presentación desvergonzada y burlona de la mentira es el cinismo. Como cuando se proclama que el pueblo está comiendo completo mientras muchos buscan comida en la basura y la gran mayoría se debate en penurias. La mentira decora encarcelamientos injustos, inventa magnicidios y complots, maquilla errores, hace trucos con fraudes y tropelías del más diverso género, disfraza violaciones de derechos humanos.
En este régimen del Socialismo XXI no percibimos sólo mentiras dispersas. Ha  institucionalizado la falsedad para engañar. Funcionalización revolucionaria. El “pensamiento único” acaba con  la libre circulación de ideas, la contraposición de juicios al oficial y la actitud crítica, las cuales posibiltan un discernimiento favorable a la manifestación y difusión de la verdad; busca homogeneizar la mentes de acuerdo al patrón del poder, en la línea de un dogmatismo ideológico-partidista unido a mezquinos intereses pragmáticos  y crematísticos.

  Elemento fundamental para la constitución y buena marcha de una sana convivencia es la salvaguarda de la verdad en el relacionamiento social. Porque la veracidad genera confianza entre los seres humanos. La mentira, en cambio, rompe el tejido de las relaciones sociales; es violencia que se ejerce a los demás, obstruye el acceso al genuino conocimiento (derecho humano), es  semilla de división y fuente de males. La mentira es destructiva, disgregadora y esclavizante.
En el inicio mismo del primer libro de la Biblia, el Génesis (capítulo tercero), encontramos, bajo un género y ropaje literario peculiar, el relato paradigmático del daño  producido por una mentira monumental, de consecuencias catastróficas. El maligno engaña a los primeros seres humanos y la consecuencia es la expulsión de éstos del Paraíso; les promete la autodivinización y termina dejándolos al desnudo. Jesús identificará  al diablo como “padre de la mentira (Jn 8, 44).  
Dios, la verdad suprema y el supremamente veraz, ha creado al ser humano  para el conocimiento y la comunicación de la verdad, raíz de libertad y herramienta de liberación.  

   La reconstrucción de este país exige un trabajo en varias dimensiones básicas, ineludibles. Una de ellas, es el esfuerzo serio y mantenido de recuperar la veracidad, especialmente por parte  de sus liderazgos y de modo particularísimo de aquellos que gobiernan. Porque sólo en la verdad seremos libres.    


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