domingo, 14 de noviembre de 2010

11.11.10
DECÁLOGO SOCIAL
Ovidio Pérez Morales
La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) es un corpus dinámico, en continuo desarrollo, pues trata de seguir los signos de los tiempos. Se propone en apertura dialogal a todos los humanos de buena voluntad.
El Concilio Plenario de Venezuela (2000-2010) ha expuesto elementos fundamentales de la DSI, situándolos en la realidad del país. Los leemos en el documento La contribución de la Iglesia a la gestación de una nueva sociedad (CIGNS), el cual se debe interpretar en interrelación con los quince restantes y de modo particular con Evangelización de la cultura en Venezuela.
Podríamos sintetizar la DSI expuesta por el Concilio Plenario, en una especie de decálogo, que puede resultar útil en la actual coyuntura. Helo aquí:
1. Centralidad de la persona humana. Ésta es “el principio, el sujeto y fin de de todas las instituciones sociales” (CIGNS 93). Creada a imagen y semejanza de Dios. Vale por sí misma. Es fin, no medio; subjetividad-socialidad. Libre, con vocación de fraternidad.
2. Derechos humanos. Son innatos e inviolables; brotan de la dignidad y grandeza de la persona humana. Constituyen “el eje central de toda actividad y defensa y promoción en el ámbito social y ético-cultural” (CIGNS 108).
3. Opción preferencial por los pobres. Es la que hizo Jesucristo. Opción de comunión y solidaridad con los más débiles; los olvidados o ignorados; los oprimidos, marginados, excluidos, estigmatizados.
4. Bien común. Debe ser “el eje rector y ordenador de los bienes parciales, así como la meta de toda la actividad social, económica, política y cultural de la comunidad nacional” (CIGNS 96).
5. Solidaridad. Empeño por el bien común. Consecuencia de la socialidad e igualdad del ser humano. Postula la desaparición de las desigualdades y la superación de la pobreza. Impulsa la participación de todos en la vida de la sociedad (Ver CIGNS 103s).
6. Desarrollo humano integral. Pablo VI lo definió como el paso de cada ser humano y de todos, de condiciones de vida menos humanas, a condiciones más humanas (Ver CIGNS 100). La economía debe estar al servicio del hombre, integrada en su crecimiento personal, social, espiritual. Ésta debe ser la perspectiva de la globalización.
7. Trabajo humano. Primacía “del trabajo, es decir, del trabajador, sobre cualquier otro factor económico” (CIGNS 99). La persona como sujeto y origen de la actividad económica, debe ser el centro y el beneficiario de la misma.
8. Destino universal de los bienes. Están al servicio de todos y cada uno de los seres humanos. De allí la función social de la propiedad y lo que Juan Pablo expresó en Puebla (1979): “Sobre toda propiedad privada grava una hipoteca social” (CIGNS 88).
9. Subsidiaridad. Las personas, las familias y las comunidades pequeñas o menores han de conservar su capacidad de acción ordenándola al bien común; el Estado y las diversas ramas de éste, deben realizar sólo lo que aquellas no están en capacidad de ejecutar. (Ver CIGNS 106).
10. Democracia. Se está ante un serio desafío: “Ayudar a construir y consolidar la democracia, promoviendo la participación y organización ciudadana, así como el fortalecimiento de la sociedad civil” (3.2.4.)
Estas líneas han sido un intento de concisión en materia tan rica y tan urgente. La DSI se orienta a la construcción de una “nueva sociedad”, a la altura del ser humano, creado como existente libre, solidario, llamado a la comunión con Dios y fraterna.

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