viernes, 19 de noviembre de 2010

26.11.10
LA CLAVE DEL CONCILIO
Ovidio Pérez Morales
Elemento clave para entender y valorar adecuadamente el Concilio Plenario de Venezuela (CPV) es su línea teológico-pastoral ¿Por qué?
Para responder debidamente, precisemos: 1) en qué consiste la línea teológico-pastoral (LTP), y 2) cuál es la línea asumida por el CPV.
Primero. ¿Qué es línea teológico-pastoral? Dejemos que lo explique el Episcopado venezolano: por LTP “se entiende la noción o categoría, interpretativa y valorativa, que constituye el principio o eje unificador de lo que teológicamente se afirma y pastoralmente se propone”. Esto lo dijo en su carta pastoral: Con Cristo hacia la comunión y la solidaridad (CCCS) del 10 de enero 2000. Allí mismo mostró la importancia y utilidad de una tal línea:
“… la doctrina cristiana, fundada en la Revelación Divina, recoge una serie de verdades que iluminan nuestra inteligencia y demandan nuestra aceptación como creyentes; pensemos en la Confesión de Fe contenida en el Credo de la Misa, o en el conjunto de enseñanzas del Catecismo. Por otra parte, al cristiano se le plantean una serie de exigencias: las contenidas en los mandamientos de la Ley de Dios, en las normas de vida cristiana que nos ofrece el Nuevo Testamento (Ef. 4, 17-32) -en particular las más radicales del Sermón de la Montaña- y en las directrices morales y pastorales de la Iglesia. Todo esto puede y debe ser interpretado en forma de un conjunto armónico” (CCCS 19).
Las verdades y normas que integran el mensaje cristiano no son, en efecto, simple agregado o yuxtaposición de proposiciones y exigencias, sino que conforman una armonía porque tienen una LTP, como hilo conductor, eje, principio integrador y núcleo aglutinante.
Segundo. ¿Cuál es la LTP formulada por el Episcopado para el Concilio y asumida por éste? La comunión, noción de raigambre bíblica (griego koinonía), que por ser equivalente a la de amor (griego, ágape; latín. caritas) puede asumirse como eje y polo referencial del entero conjunto doctrinal-práctico del mensaje cristiano. Comunión subraya lo entitativo; amor, lo dinámico. El Episcopado le agregó a comunión, como complemento, solidaridad, porque es- ha de ser reflejo y exigencia de aquella, cosa que se debe subrayar particularmente en la situación venezolana.
Comunión define lo que es Dios; señala el sentido de la creación y de la salvación; manifiesta el ser y la misión de Cristo y de su Iglesia, así como la función unificante del Espíritu Santo; da la razón del “mandamiento máximo”; declara la dinámica de la humanidad según el plan de Dios y la perfección de ésta en la plenitud del Reino.
La noción de comunión nos permite tener, entonces, un cuadro coherente, en el cual los diferentes elementos doctrinales y prácticos aparecen orgánicamente trabados, siguiendo una “lógica”, cuya raíz y fuente es Dios, Comunión Trinitaria, principio y fin de todas las cosas.
La línea teológico-pastoral armoniza e integra lo que el corpus conciliar expone. Pero su validez y su alcance van más allá. Estimo que el Episcopado y el CPV, siguiendo el ejemplo de Puebla (1979) al formular una LTP y, concretamente, la de comunión, han brindado un invalorable aporte a toda la Iglesia y su misión evangelizadora.

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