jueves, 19 de mayo de 2011

19.5.11
DEMOCRACIA TOLERADA O ASUMIDA
Ovidio Pérez Morales
¿Tenemos en Venezuela en este Año Bicentenario un sistema democrático consistente?
Sí y no.
Según la Constitución, sí.
Según el oficialismo y su proyecto Socialismo Siglo XXI, no. Porque éste entiende la democracia sólo como algo provisional, mientras se establece, de modo consistente, la hegemonía o totalitarismo socialista (comunista).
Antes de seguir adelante conviene aclarar lo que nuestra Constitución entiende por democracia. Para no mencionar muchos artículos de la Carta Magna, baste citar el No. 6: “El gobierno de la República Bolivariana de Venezuela y de las entidades políticas que la componen es y será siempre democrático, participativo, electivo, descentralizado, alternativo, responsable, pluralista y de mandatos revocables”.
Elemento fundamental de un sistema democrático y fácilmente perceptible es su carácter pluralista. Esto lo remacha la Constitución en sus Principios Fundamentales y lo explica, entre otros, en los capítulos referentes a los derechos civiles y políticos. El pluralismo se puede percibir de modo fácil. En Caracas, por ejemplo, a través de un hecho muy simple como sería la ofrenda de una corona al Libertador en la Plaza Bolívar. ¿Identificado públicamente Ud. como opositor al gobierno, puede ir solo, en actitud pacífica, sintiéndose sereno y seguro, a dejar tranquilamente su obsequio floral ante el Padre de la Patria?
Más allá de este detalle anecdótico se dan hechos graves y voluminosos como las famosas listas de apartheid político-ideológico, las alegres inhabilitaciones, los prisioneros y exiliados políticos, la clausura o espada de Damocles sobre los medios de comunicación, la partidización de la justicia y de los órganos del “poder moral” estatal.
Cuando se enarbola el lema “Patria, Socialismo o Muerte” en instalaciones del Estado, hasta en aquellas destinadas a gente armada de la República, se está mutilando o matando la democracia, pues se la priva de una característica sustantiva como es el pluralismo.
Según la Constitución, el pluralismo político-ideológico junto con la organización y expresión multicolores de la sociedad civil, son elementos substanciales de la convivencia nacional y del Estado democrático que la articula.
No se puede aceptar la democracia como algo simplemente provisional, tolerado, como pura etapa de transición hacia lo que se considera necesario, insustituible, definitivo: la hegemonía socialista, unicolor y totalizante en lo económico, lo político y lo cultural.
Lo opuesto al pluralismo es el fundamentalismo, el totalitarismo. Como he dicho más de una vez, un totalitarismo se diferencia de una dictadura en cuanto el control que ésta busca es: completo en lo político; parcial en lo económico; limitado en lo cultural. Pero el totalitarismo, por definición, pretende el control total de todos esos ámbitos de la convivencia social. Así proyecta desde la producción y venta monopólicas de los alimentos, hasta la orientación de la literatura y del arte. Pretendiendo, igualmente, manejar lo religioso, y aún definir corrientes teológicas.
Los sistemas e ideologías totalitarias tienen su lógica y la aplican. Lógica que parte de principios utópico-perversos.
Nuestra Constitución reconoce y define la democracia, pluralista, no como algo tolerado, sino como elemento básico, esencial, definitorio de la nación y del Estado venezolanos. Y, por lo tanto, como algo permanente y progresivamente perfectible (en la línea de la progresividad que el Art. 19 establece en materia de derechos humanos).
Una última palabra: el pluralismo nos conviene a todos, opositores, independientes, oficialistas. La tierra da vueltas. Hoy es de día, mañana de noche. Y viceversa. Lo susurra la Historia.
La democracia no se contenta con ser tolerada. Ha de ser asumida.

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