lunes, 12 de noviembre de 2012

¿DIÁLOGO IMPOSIBLE?

13.9.12 ¿DIÁLOGO IMPOSIBLE? Ovidio Pérez Morales El 7-0 abre un tiempo particularmente delicado y desafiante para Venezuela. Cualquiera de los dos candidatos presidenciales con real opción de triunfo se encontrará “el día después” ante una población casi fifty-fifty. Esto significa que el presidente electo tendrá que lidiar con un país prácticamente partido en dos pedazos casi iguales en lo que a preferencia política se refiere. ¿Consecuencia? Una gobernabilidad de la nación dentro de parámetros de racionalidad, legitimidad, patriotismo y eficacia tendrá que contar con un gobierno y una oposición que se entiendan en algunos puntos fundamentales. Es cuestión de supervivencia deseable nacional. No se trata simplemente de la coexistencia de un montón de gente en una superficie cercana al millón de Kmts2 en cualesquiera condiciones, sino de la con-vivencia digna del pueblo venezolano con una edad ya bicentenaria de independencia. Se trata de la comunión de un pueblo, compartiendo un proyecto y un destino comunes. A propósito de diálogo y cosas por el estilo no puedo menos de hacer memoria de algunos hechos, ya cercanos, ya lejanos, los cuales nos ayudan a entender los términos reconciliación y paz y la muy simple verdad de que el mundo (historia) da vueltas en su caminar. Primero. Estuve en Berlín en agosto del año pasado, coincidiendo con el 50o aniversario del inicio de la construcción del Muro. Hubo muchas celebraciones conmemorativas de tan infausto acontecimiento; no faltaron, por supuesto, tanto el pesado recuerdo de quienes murieron en los intentos de saltarlo o atravesarlo, así como los festejos por el sorpresivo 1989, cuando, sin disparos, incendios o muertos, los dos Berlines (Este-Oeste), al igual que sus dos Alemanias, se integraron. Ello no se dio como los “politólogos” preveían, en escenarios apocalípticos. La ciudad y el país unieron en una nueva marcha a todos los alemanes. ¿Cómo se logró eso? Por necesidad y decisión; con lucidez, aventura, fortaleza, paciencia, esperanza. Yo había visitado varias veces uno y otro lado de la Ciudad durante la Guerra Fría y me parecía increíble en mi reciente visita la unión reconquistada . Segundo. Lo que son hoy Alemania y Francia fueron, durante siglos, enemigos acérrimos; guerras a granel, extrañamiento mutuo. Hitler desfilando por el Arco de Triunfo fue sin duda la tapa del frasco. ¡Quién iba a pensar que un día los ejércitos herederos de los prusianos hiciesen ejercicios militares en Francia! ¡Y que una Frau Merkel (CDU) y el Monsieur Hollande (socialista) estén buscando juntos una salida positiva a la crisis europea! Sorpresas que da la historia; no erraba el sabio y zorro Churchill cuando decía que los enemigos de hoy son los amigos de mañana. Tercero, cuarto y quinto. En tiempos del Generalísimo Franco se profetizaba dentro y fuera de la Península que las calles de Madrid no iban a ser suficientes para contener la sangre al caer la Dictadura. ¿Qué pasó? Ésta cayó de modo casi insensible mediante una transición política pacífica, constitucionalmente bien tejida y cívicamente asumida. Y ahora Socialistas y PP se alternan civilizadamente. Añadamos a esto la manera como se superó en África del Sur el odioso y cruel apartheid con la metodología humanizante del indoblegable pacifista Mandela. ¿Y aquí en Venezuela? Con la calma y cordura de López Contreras, se superó la bien larga autocracia del otro andino y general Juan Vicente. ¿Qué moraleja podemos sacar de estas “fábulas” para una Venezuela 7-0 necesitada de diálogo?

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